Para continuar la clase el profesor nos dispuso a empezar a saltar, los alumnos que ese día no podían hacer la sesión se pusieron para sujetar la colchoneta en los saltos.
Hicimos una competición para a ver quien saltaba más altura, empezando desde un metro y subiendo la altura cada cinco centímetros cada vez que saltaba todo el grupo. En la competición tenías tres intentos para saltar la altura predeterminada, pero si el alumno fallaba esos tres intentos se le permitía seguir saltando la siguiente altura.
Pienso que la competición impulsa a la gente a saltar más altura, por eso me parece un buen método para impartir en clase después de unas clases previas del aprendizaje básico.